proceso creativo

Organiza tu proceso creativo con esta simple rutina

Uno de los principales desafíos para un escritor es el hecho de organizar su tiempo y luego coordinarlo con las estructuras propias de su proceso creativo. No es un secreto: la vida contemporánea tiene miles de retos, muchos de ellos relacionados con la propia salud y la subsistencia, y la creación ha venido a ocupar un lugar muchas veces secundario ante los desafíos que hoy en día enfrentamos. Pero la creación —que es sabia y estructurada, aunque nosotros, los humanos, podamos teñirla con matices de lo caótico— siempre encuentra una manera de salir a la luz, no importa cómo, a pesar de que las circunstancias externas e internas de nuestra realidad puedan ponerle un freno a su natural desarrollo.

El proceso creativo contemporáneo: una experimentación con la realidad

proceso creativo

En estos tiempos de pandemia, en medio de una deblace mundial, no han sido pocos los artistas que se han mantenido al pie de la creación y no han sido pocos lo que ha (re)descubierto en el arte un modo de vivencia y de feliz experimentación de la realidad. El arte nos ha ayudado, a lo largo de todo el orbe, a resistir, a incrementar nuestra resiliencia y adaptabilidad, e incluso a llenar nuestras largas horas de cuarentena con un viaje a través de nuevos mundos, personajes, vidas y sensaciones. El arte no ha desaparecido. La creación continúa latiendo en nuestras venas.

La adaptación del proceso creativo al nuevo contexto

Y sí, no vale la pena tapar el sol con un dedo y afirmar que el mundo es igual que antes, que el tiempo transcurre para todos de la misma forma, que la realidad no nos ha golpeado. El golpe está ahí, y también la cicatriz. Con ella, tras ella, la creación continúa adaptándose a un nuevo contexto y una nueva realidad. Es, como nosotros, una sobreviviente.

Una rutina de organización de tus procesos creativos

tina de organización de tus procesos creativos

En este artículo te propongo un circuito, una rutina, un ejercicio de organización de tus procesos creativos que puede funcionar como un disparador de sensaciones y que, sin duda, podrá ayudarte a economizar tu tiempo y a adaptar tu creatividad a la emergencia de lo real que vivenciamos. Si estás interesado en desarrollar tu propia rutina para fortalecer y/o arrancar tus procesos creativos, para quitarte el letargo o el entumecimiento que muchas veces estos tiempos difíciles nos contagian, te propongo estos sencillos pasos:

Una meta que puedas cumplir por semana

  1. Crea tu propio horario semanal dedicado a tu proceso creativo. Colócate una meta que puedas cumplir y no seas demasiado ambicioso o estricto contigo mismo desde un primer instante. Si en los últimos meses no has podido crear mucho —sean cuales sean los motivos—, no te exijas un despegue con todos los motores a la máxima potencia. Economiza tus fuerzas. Como los tiempos son tan cambiantes y efímeros, tendrás que aprender a adaptar el tiempo que dediques a tu proceso artístico: sé flexible y no te frustres por eso. Comienza destinando un mínimo de cuatro horas semanales dedicadas a tu trabajo creativo, e incrementa este tiempo en la medida que la realidad te lo permita. No vale la pena que le dediques a la escritura ocho horas en un día atípico, y que luego no vuelvas a tocar la página en blanco en cinco meses. Es preferible la constancia, aunque eso conlleve a que tengas que trabajar en tu proceso menos tiempo diario.

Espacio, horarios, familia…

  1. Construye tu espacio seguro. Un espacio seguro puede ser un rincón de tu casa, un lugar que el resto de los miembros de tu hogar respeten y no violen en el momento en que vas a poner en movimiento los disparadores de la creación. Pacta de antemano con los miembros de tu familia tus horarios y hazles entender que ese pequeño tiempo que le dedicas a tu trabajo es vital para tu desarrollo profesional.

Una solución a tu bloqueo creativo o cansancio

  1. Dedica tiempo a la investigación. ¿Qué pasa si, aun cuando te has planificado un horario y un espacio seguro, eres incapaz de escribir o de crear? No pasa nada. Puede tratarse de un bloqueo creativo, de cansancio, o simplemente sucede que tus motores no están listos todavía para arrancar. No te angusties. Debes entender que no eres el único en el mundo que está pasando por este trance. ¿No puedes crear?, entonces dedica tiempo a la investigación. Construye tus propios horarios y lee ese libro que tanto deseabas tener, ve esos documentales que sabes necesitas consumir para escribir esa obra tan planeada, busca referencias en la web, construye alianzas, etc. Créeme, es un tiempo bien empleado y que luego te servirá de mucho.

El diamante escondido  en la gaveta del creador

El diamante escondido  en la gaveta del creador
  1. Dedica tiempo a revisar proyectos ya culminados. Todos los creadores tenemos una “gaveta”, física o digital, en la que vamos guardando nuestros viejos proyectos, manuscritos desechados, manuscritos a la espera de tiempo para ser revisados, colaboraciones frustradas, ideas que se anotaron y nunca se concretaron, o que comenzaron a escribirse pero no llegaron a tener un punto final. Este puede ser su momento. No te prejuicies de antemano. Puede que encuentres un diamante en el fondo de esa metafórica gaveta.

Las alianzas con otros creadores

  1. Crea proyectos colectivos. Quizás no tengas la paciencia, las energías o el deseo de dedicarle tiempo a tu propia obra, pero tal vez si te relacionas o te alías a un grupo de creadores afín a ti, puedas dar cuerpo a un trabajo colectivo que resulte, a la larga y/o a la corta, sumamente interesante, incluso para tu proceso creativo individual.

Enciende los motores de tu proceso creativo

Estas y otras dinámicas propias —que tú mismo como creador puedas descubrir y cuya eficacia impacte directamente en tu ánimo y en tu obra— te ayudarán, muchísimo no solo a pasar por este tiempo tan atípico en nuestra experiencia como seres humanos, sino también a hallar nuevos modos de experimentar y poner en movimiento tu creación. Pon en marcha los motores de tu voluntad, de tu experiencia, de tus sueños y tus deseos, mantén viva la ilusión por el futuro y no permitas que la realidad, por cruda que sea, dinamite tus procesos creativos. Los tiempos de caos, largos o breves, siempre terminan. Recuerda: ars longa, vita brevis.

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