consejos para escribir obras de teatro

Cinco sencillos consejos para escribir una obra de teatro

Raúl M. Bonachea Miqueli y Elaine Vilar Madruga

En estos tiempos de aislamiento, una de las manifestaciones más golpeadas ha sido el teatro: su condicionante presencial impide que las personas puedan reunirse para asistir a una representación o un performance, pero este es el ángulo más visible de un fenómeno que abarca a otras ramas del arte, como la plástica o la literatura. A los que amamos el espectáculo, la cuarentena no nos impide seguir trabajando, seguir disfrutándolo y a los espectadores tampoco les imposibilita aventurarse a cambiar de rol y visitar el fenómeno de la escena por dentro.

Acerquémonos a la literatura teatral desde el disfrute y el estudio, pero también, ¿por qué no?, desde la creación, que es la manera más reconfortante para nuestro ser. Invitamos a los jóvenes escritores a dejarse hechizar. Aquí les compartimos algunos tips, que parten de nuestras experiencias en el quehacer teatral. Antes de escribir nuestras primeras obras, leímos muchos artículos como este; algunos fueron de gran ayuda; otros, apenas los recordamos. No tenemos como objetivo hacer un recetario, ni dictar una conferencia, pero siempre es bueno que alguien nos dé el primer empujón para conectarnos con otros maestros y tradiciones. El teatro es también compartir un saber.

Un acercamiento a los clásicos y a otros dramaturgos modernos

Un acercamiento a los clásicos del teatro y a otros dramaturgos
  1. Este el primer consejo: si tienes una idea, una escena trabada en la mente, no estás solo. Antes de que se te ocurriera a ti, en los últimos dos mil años se han escrito muchas escenas parecidas a la que quieres concretar. Acércate a los clásicos: Shakespeare, Sófocles, Molière o cualquier otro autor que tengas a mano. Si sabes leerlas, en sus obras hay buenas clases de dramaturgia. No por ser un escritor del siglo XXI tienes vedado escuchar los consejos que estos escritores dejaron en sus obras; ellos también pasaron por las mismas angustias creativas y le dieron una solución a las escenas acorde a sus tradiciones, lenguaje y época. El conflicto creativo es universal, observa cómo lo hicieron ellos y toma tu propia enseñanza acorde a tu contexto.
  2. Aunque te parezcan relativamente cercanos autores como Lorca, Pirandello o Brecht, no imites sus modos de hacer porque las cosas han cambian demasiado rápido desde el siglo XX hasta los tiempos que vivimos. Es mejor que visites a algunos de los autores que ahora mismo están en activo. Pudiera recomendarte, si no los has leído ya, que busques las obras de Juan Mayorga o Angélica Lidell. Cualquier autor de nuestro continente tiene una poética y un modo de ver la misma realidad que te afecta: descubre cómo estos dramaturgos trasmutan esas esencias y que tú también tienes un modo particular de cambiar lo real, lo que te afecta.

Una obra de teatro con tus propias convenciones

Una obra de teatro con tus propias convenciones
  1. Estudia a los maestros del pasado, descubre cómo tus contemporáneos sueñan la escena. Encontrarás una explosión de formas y lenguajes, ninguno es contradictorio. Las contradicciones son aparentes, en la mayoría de los casos son más militancias de gustos que contradicciones creativas reales. Cada poética genera lo que nosotros llamamos convenciones. Estas no son más que modos y fórmulas para escribir y pensar la escena, en muchas obras estas se comparten y se comunican, pero cada autor encuentra sus propias mañas para hacer su obra. Encuentra las tuyas, toma el consejo, conserva los aspectos que te interesen de la tradición, del presente, pero haz tu teatro, construye tus propias convenciones. No hay una regla estricta para construir personajes, no hay tantas fronteras entre el diálogo y la acotación escénica como tú crees, experimenta el placer de imaginar que tu obra es la primera del mundo. Secretamente aplícale todo lo que has aprendido de las demás. Encuentra tu manera de nombrar y entender las cosas porque estás creando un lenguaje para que otros lo encarnen.

Una lengua para los diferentes públicos y creadores

Una lengua para los diferentes públicos y creadores
  1. No estás escribiendo para ti. Esta es una mentira que nos decimos todos los escritores en algún momento. Es cierto que lo hacemos porque nos da placer, pero nunca escribimos para nosotros y en el teatro menos, sino para que otros nos lean, para que un grupo de creadores ponga en escena nuestro proyecto. Por lo tanto inventa una lengua, pero que tenga anclaje con los públicos, creadores y el equipo técnico que leerán tu obra algún día. El teatro es un acto de colectivo aunque lo escribas en la soledad de tu escritorio, así que intenta —sin dejar de ser profundo, experimental— ser siempre claro y concreto en lo que le pides a aquellos que interpretarán tus personajes. Mientras menos le digas cómo hacer su trabajo, mucho mejor. Concéntrate en hacer el tuyo, que es sembrar las leyes para que nazca un mundo ordenado por el tiempo y el modo en que te gusta que se haga el teatro.

Los personajes en el universo teatral

Los personajes en el universo teatral
  1. En la escritura teatral desaparece la voz del autor. No te asustes por esta frase, no significa que en la dramaturgia dejas de ser escritor, pero nuestro arte se expresa por medio de los personajes, del diálogo, el mundo de las acotaciones tiene que más ver con la concordancia de esos seres que habitan un universo teatral posible que con tu concepción del mundo. Digo universo teatral porque has elegido un grupo de personajes que se desarrollarán bajo las tradiciones y rupturas del teatro y no bajo las de otros géneros. Ahí precisamente está la trampa: debes combinar lo que crees, lo que sueñas, de otra manera en un tiempo espectacular. En el teatro no puedes ensayar sobre filosofía o política; los personajes hablan por ti y ellos muy pocas veces piensan como nosotros, nos sorprenden, nos contradicen. Tu voz, los temas que te preocupa abordar en tu obra se visualizarán en un segundo plano, silenciosamente, sin trasladarlo de manera burda al lenguaje de los seres que has creado. La magia será más efectiva cuando tus personajes se amalgamen con otras categorías como acción teatral, la situación dramática o la atmósfera, y cuando tus creencias se diluyan en sus parlamentos sin que nadie se percate.

Más adelante nos encontrarás por esta misma vía, para seguir hablando sobre algunos de estos temas que te ayudarán a escribir, a que tu cuarentena o que la vuelta a la nueva realidad sea más creativa y teatral.

Le recomendamos: libro Dime, bruja que destellas; libro Las criaturas del silencio; biografía Elaine Vilar; artículo Las rutas de lo fantástico en mi experiencia creativa.

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