¿Cómo escribir una novela erótica sin rozar la vulgaridad?
Me preguntó una joven escritora, después de pensarlo largamente, intentaré, sin augurar certeza alguna, responder su controvertida interrogante.
Precisar el concepto de erotismo sería un buen comienzo, sin embargo, tiene diversas acepciones y su definición es bastante polémica. Algunos estudiosos plantean que hay varios arquetipos de erotismo, entre ellos: el narcisista o metafísico, el que habla del instinto maternal y el que tiene un enfoque en la raza. Otros refieren que se trata de liberación ya que infringe las reglas de las prohibiciones que es una actividad humana donde el sentimiento de plétora no está vinculado a la conciencia de engendrar.
El erotismo y el amor
En palabras de Octavio Paz, “El erotismo y el amor son formas derivativas del instinto sexual: cristalizaciones, perversiones y condensaciones que transforman la sexualidad y la vuelven, muchas veces, incognoscible”.
Enmarcar el erotismo a la sublimación del amor y relacionarlo con imágenes líricas, palabras refinadas, es someterlo a las estéticas moralistas que han sido creadas a lo largo de la historia por los sistemas sociales en los que figuran cánones patriarcales que prejuzgan como fenómeno negativo la vinculación entre carne y pecado, en particular y con mayor énfasis, si trata de la literatura femenina.
El erotismo en la literatura
El erotismo en la literatura es una dimensión subjetiva supeditada al lenguaje. El discurso soez no siempre es erótico como tampoco lo es el lírico. El objeto de placer es variado y particular. Cada quien lo percibe de acuerdo con sus preferencias, son innumerables y disímiles las imágenes que trasmiten sensualidad. Algunos autores afirman que para hablar de erotismo se requiere, en lugar de una acumulación de descripciones directas que rocen la vulgaridad, sugerir más que mostrar para estar ante un erotismo refinado, sin embargo, muchos escritores muestran la gran amplitud y variedad de matices del eros.
El contenido obsceno en la novela
Considero que el denominado contenido “obsceno” puede apreciarse dentro de la estética de acuerdo con la estructura y forma de la novela. La descripción descarnada y pura de los placeres, es también una forma de erotismo como lo son la suciedad, las escenas escatológicas, que confieren un significado trascendental a las posturas formales ante la sexualidad.
El tratamiento del erotismo en la narrativa
El erotismo se halla en cualquier particularidad que provoque el deseo. No existe un estándar en el erotismo, como tampoco lo existe en el placer sexual. En la narrativa se cuenta una historia y se perfilan los personajes, no tengo una fórmula para el tratamiento del erotismo, que es la pregunta que me han hecho y que intento responder.
La sexualidad como un acto liberador
Desde mi punto de vista, la sexualidad en todas sus dimensiones, incluyendo el erotismo, es una de las formas de saltar los cánones morales impuestos por las sociedades y las religiones. Es una decodificación del mito moralizador. En su sentido más amplio lleva implícito un acto liberador al mostrar, para algunos, imágenes escandalizadoras. Y no se trata de proponerse escandalizar para llamar la atención, sino de liberarse, tomar conciencia del cuerpo y concentrarlo en su placer.
La historia y sus personajes
A la hora de narrar, lo mejor es olvidarse de definiciones, conceptos y enfocarse en la historia y sus personajes, puede que algunos se perfilen como mojigatos y otros como seductores, pasionales, pervertidos o paratíficos, la gran diversidad de caracterizaciones son las que conducen a los autores a la descripción de la escena. Una mujer que disfruta del sexo a plenitud, o que le guste exhibirse durante el acto sexual, pueden ser unos de los rasgos del personaje, y deberá quedar demostrado con imágenes vinculadas al placer de la sexualidad.
La inagotable fantasía erótica
La fantasía erótica, como la imaginación, es inagotable. Si para describir el placer de la felación, un jugueteo con el falo o la vulva, debemos tener presente no mencionar: pinga, tranca, bollo, o narrar la masturbación con el pudor inducido por tradiciones y esquemas morales y falsos idealismos sociales nos privaremos de esa sensación de libertad únicamente disfrutada, en su totalidad, en el acto de escribir para discordar con un eros que refuta ser amaestrado y que en ocasiones, surge de manera inconsciente.
El erotismo femenino vs. el erotismo masculino
En la actualidad existen numerosos estudios sobre el tema, algunas teóricas opinan que las “hembras” han creado un lenguaje propio a través de este género, incluso se habla de un erotismo femenino y otro masculino. Hallándose un sentido subversivo, que distingue la literatura la femenina, ya sea como búsqueda de una expresión propia o como ruptura de las concepciones patriarcales. Sin embargo, con estas reflexiones estaría alejándome de la pregunta que aún intento responder: ¿Cómo escribir una novela erótica sin rozar la vulgaridad? Sin alternativa, diría, obviar la interrogante y exponerse abiertamente con dos herramientas poderosas y vulnerables al mismo tiempo: cuerpo y pensamiento. Y dejar volar la imaginación.
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