Cómo explotar el erotismo sin caer en ridiculeces literarias

Cómo explotar el erotismo sin caer en ridiculeces literarias

Mi lenguaje de lo erótico se mueve en varios niveles, desde el más “bajo” (lo obsceno) hasta el más “alto” (el lirismo del placer) debido a que veo el erotismo y el sexo como una serie infinita de articulaciones. Entre ambos niveles hay muchos estratos donde aprecio siempre una riqueza inagotable.

El erotismo vs. la vulgaridad

El erotismo vs. la vulgaridad

Se me ha preguntado si ante el esbozo de determinadas escenas, me planteo no mencionar algunas palabras para evitar la vulgaridad. En mi obra tiendo a cierta acuciosidad pictórica o cinematográfica. Si describo una felación, puedo usar sinónimos de la palabra pinga, pero no me preocupa escribirla, a no ser que se repita mucho, y eso es prevención contra la pobreza, no autocensura.

Más allá del erotismo: la pornografía

Mamar una pinga es un acto tan bello como feroz y si vas a describirlo tienes que saber evitar lo obvio, aunque lo obvio sea ese placer “sencillo” que da el hecho de recibir una felación o regalársela a alguien. Otra de mis fascinaciones es la vulva. ¿Que soy un pornófago, un pornófilo? Puede que sí. Todo eso es literariamente peligroso porque describir las caricias que reciben una vulva, los labios menores, la capucha del clítoris, la entrada de la vagina puede ser un ejercicio de enorme insignificancia, o un viaje por dentro de un torbellino profundo.

La perspectiva de lo soez

En todo este proceso creador surge la disyuntiva entre si el erotismo debe asociarse al amor, a la lírica y la pornografía a lo soez. Si te conectas con lo sagrado del cuerpo y el placer vas directo al amor o algo parecido. Pinga, tranca, bollo y otras muchas palabras pueden asociarse a lo soez, pero no son lo soez. Soez puede ser tu perspectiva. También uno debería ser realista y no caer en posiciones de ridículo literario ni en ridiculeces vitales, que son peores.

El cuerpo masculino vs. el cuerpo femenino

El cuerpo masculino vs. el cuerpo femenino

Concedo la misma importancia al cuerpo de una mujer que al de un hombre. Los enfoco con igual intensidad. Una vez me preguntaron cuál es en mi opinión más bello: un cuerpo masculino desnudo y excitado o un cuerpo femenino desnudo y excitado. La pregunta es tramposa, inútil y boba. Puedes disfrutar de la excitación de una mujer, pero una buena pinga en erección es descacharrante e inexorable, aunque lo que quieras sea sumergirte en una vagina después de lamer aplicadamente sus alrededores.  

Lo erótico de la imaginación

Lo erótico de la imaginación

A veces me erotizo con ciertas escenas. Supongo que es normal si añado imaginación o cambio las perspectivas al describir o narrar un suceso real. He tenido una vida erótico-sexual rica y un tanto barroca, no me cuesta decirlo, y hay porciones de ella que entran en la ficción de modo inevitable. Como bien se sabe, la memoria es una modalidad de la ficción.

Por Alberto Garrandés

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