Supe hace muy poco que Yudarkis Veloz Sarduy escribe novelas y que nacimos el mismo año, 1982. Esa novela se titula El constante aleteo y es una de las novedades más recientes en el catálogo de D’ McPherson Editorial. Sabía que actualmente es editora en la editorial Tablas – Alarcos y sabía que había trabajado en la editorial camagüeyana, Ácana. Conocí recientemente, que se graduó en Estudios Socioculturales y es egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso; se desempeñó como asesora del grupo de teatro Espacio Interior y durante años fue gestora y comunicadora de la galería República 289 del Consejo Provincial de las Artes Plásticas en su natal Camagüey. Con esas y otras referencias me fui a la conversación con Yudarkis, y luego supe del abundante sexo en la novela. El sexo, un elemento tan llevado y traído, tan liberal y prohibido.
¿Qué es El constante aleteo?
En pocas palabras, El constante… es una novela de amor sobre el olvido, pero si me permites extenderme un poco puedo decirte que es una novela en la que confluyen los tres tipos de amor que más me han marcado, ya sea por vivencia o por añoranza: el amor entre amigas, el amor carnal, febril y estrepitoso hacia el amante y el amor filial.
Es, también, una novela, digamos, documental. La narradora se apoya en notas y distintos tipos de textos para ir contando la historia. Esta es una fórmula que me interesa mucho. Ya en “Balance Disorder”, mi segunda novela, no hay ni siquiera un narrador, solo documentos de todo tipo; con ello el lector es quien construye la novela, como quien se encuentra una caja de pequeñas pruebas y puede armarse una historia, sentir lo que sintió el personaje, identificarse o no con él.
¿Por qué el título?
Es la atmósfera de la vida de la protagonista, de la relación que tiene con su amante: “un parto, un crucigrama, el constante aleteo por no caer en el abismo”, dice ella misma.
¿Qué personajes trabajas y qué temas te interesan?
Me interesa mucho el universo femenino. El mundo interior de aquellas que tienen que ‘aletear’ constantemente para no sumirse en cualquiera de los abismos posibles. El amor carnal como máxima expresión de la comunión entre dos almas y la maternidad, lo duro y difícil que se le puede hacer a algunas mujeres conseguir algo tan natural como tener un hijo, ese otro tipo de amor que también quiebra y rompe.
En cuanto al amor carnal, ¿por qué tanto sexo y de tan disímiles maneras en El constante aleteo?
El sexo es otro de esos ‘aleteos’ en la vida de cualquier individuo. Siempre ha sido o querido ser un mecanismo de acercamiento, dominación, manipulación, pero mis personajes acuden a él como un modo de salvación. No quiere decir que finjan y lo ‘usen’, sino todo lo contrario: es TODO lo que tienen para disfrutar -porque es muy rico, claro-, pero sobre todo para ser ellos mismos y a la vez ser todos los ‘otros’ en los que quisieran convertirse.
Son muy calientes mis personajes, podría decirse que hasta ‘enfermitos’, pero la carne es la envoltura del alma, y ellos saben que la fricción, y ese constante penetrar, indagar, experimentar de los cuerpos, hacen que las almas se toquen, y ese encuentro es para ellos el único modo de salvarse.
¿Por qué los personajes principales, los amantes, no tienen nombres?
No los necesitan, recuerda las varias versiones de Magritte de Los amantes, siempre con los rostros tapados. El único rostro posible que le podía velar a los míos eran sus nombres, y, por otro lado, nunca necesité nombrarlos. Lo que hay entre ellos, su historia, aniquila cualquier nombre posible, y del mismo modo en que “el nombre es arquetipo de la cosa”, esta “cosa” entre ellos, como se diría a pie, “no tiene nombre”.
¿Y cómo ves la posibilidad de publicar en D’ McPherson?
D’ McPherson es una editorial amiga en muchos sentidos. Con la mayoría del equipo incluso trabajé, y conocían muy bien El constante aleteo. A todos les tengo un cariño muy especial y un gran respeto. Me propusieron editarme la novela y me sentí muy halagada. Tienen un catálogo impresionante, compartir con esos autores de gran talla no solo es un gran privilegio para mí, sino una gran apuesta de parte de ese equipo para con la diversidad de voces que quieren promover. Millones de gracias para ellos y una gran suerte para mí.
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