Por Odalys Calderín Marín.
Leer poesía es un reto, una llamada a la soledad o al cortejo de fantasmas, recuerdos y futuros. Es colocarse frente a lo sublime y la locura, es una elección de encontrar en esas páginas la salvación o el cadalso, pero es también un acto íntimo entre el autor, el lector y su conciencia. Al leer La claridad de los trópicos recorremos más de noventas poemas esbozados desde diferentes formas y estructuras que nos permiten ingresar en la inmensidad de una isla y sus acertijos.
Como llevados a un viaje sin equipaje, oscilamos desde la pasión adolecente hasta las vivencias del paso de los años en los habitantes de este trópico que los hace diferentes y en ocasiones únicos. Edel Morales nos invita en cada estrofa a reconocernos en las historias de adentro y de afuera. Poemas que nos devuelven ciudades, edades, balsas que salen al mar, pasajeros sin voz cada vez más lejos de las costas; te hacen sentir la mujer eterna; logran que este libro te pertenezca y perdure en tus horas de albedrío. Con un lenguaje simbólico y sobrio su autor nos ofrece los más genuinos sentimientos humanos: el amor, la muerte, la emigración y los recuerdos que van conformando la vida de un país. El poeta recuerda a escritores universales como Lezama Lima, Jorge Luis Borges o Virgilio Piñera, por lo que nos convoca a una confabulación de saberes genuinos en busca de la libertad infinita.
La claridad de los trópicos es, en esencia, una invitación al encuentro de grandes temas y una opción de escolta que asedia el alma.
Libros relacionados con la publicación: La claridad de los trópicos de Alberto EM Fuentes
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