Por José Emilio Hernández Sánchez.
El género literario se reconoce como una forma específica y estable de selección y estructuración de los distintos componentes de la obra. El género permite identificar y agrupar diferentes obras por afinidad de rasgos estructurales, formas y medios lingüísticos y tiene una función organizadora no solo para el escritor, sino también para el lector quien recibe un modelo desde el cual puede prever el funcionamiento general de una obra. Igualmente el placer estético que los lectores experimentan tiene que ver mucho con determinadas preferencias por un tipo de género.
La caracterización de los géneros literarios se enriquece con la praxis artístico-literaria. La teoría explica la realidad, pero esta es notablemente más rica, multiforme y abarcadora que las limitadas cotas que trazan los analistas. Esto significa que en no pocas ocasiones la creatividad artística desdibuja las determinaciones genéricas. La movilidad de los géneros es enorme. Si repasamos una forma como el cuento, apreciamos cambios desde Boccaccio a Antón Chejov y de este a los actuales cultivadores. Igualmente en la lírica han ido apareciendo la poesía experimental y neopoesía, con neografías y transpoéticas hasta llegar al poema performático y la poesía virtual.
Los géneros literarios universales
Hay géneros que se contraen o limitan en una época, hay otros que se expanden y amplían, fortalecen y enriquecen; los románticos rechazaron de plano la tragedia porque fue pilar del neoclásico, sin embargo, asimilaron rasgos del drama burgués y del melodrama y se orientaron, principalmente, hacia la creación del drama histórico o legendario. Interesante resultaría valorar por qué en la actualidad el ensayo ha llegado a alcanzar una posición central, si se deba quizás a su libertad estructural y a la capacidad de reflexión, persuasión e imaginación que puede desplegarse en sus páginas, a su carácter proteico que pretende tratar el tema sin nunca agotarlo.
Entre los grandes géneros literarios universalmente reconocidos están el épico-narrativo; el lírico y el dramático. Desde una perspectiva cognoscitiva y estética, el género épico-narrativo tiende a referenciar el contexto en su más amplia diversidad donde adquiere función relevante el narrador quien puede asumir diferentes saberes y perspectivas en la historia que relata. La lírica posee carácter eminentemente subjetivo, es un discurso confidencial de carácter monológico que describe un movimiento de la vida interior relativamente íntegro. El drama es una representación directa y dialogada de personajes que estructuran el desarrollo del conflicto caracterizado por posiciones distintas y distinguibles.
En síntesis, el género alude a rasgos esenciales, comunes y generales que regulan la producción e interpretación de las obras, como signos lingüísticos de significación, configurados por normas social y culturalmente establecidas. En general los géneros literarios:
-Diversifican la literatura
-Tienen carácter regulador
-Están en constante movimiento