Lourdes González Herrero. En esa temprana edad en que leía sin otras responsabilidades que las de los horarios domésticos, una alimentación adecuada y retener las tareas en la memoria, me bastaba leer, los trasgos de la literatura solo los compartía al acercarme a los libros. Eran, por eso mismo, trasgos ajenos. Eso suponía – y […]