Un libro es un cerebro que habla desde el silencio de sus innumerables palabras, un libro y los tesoros que él guarda celosamente es el contragolpe perfecto a esa muerte que labramos cuando las ideas se convierten en lamentaciones y la creatividad queda muda ante las pausas mentales y el repetido estribillo del qué hacer; cada excelsa simplicidad de la literatura es un escape al aburrimiento causado en estos tiempos de aislamiento social.
La pandemia del Covid-19 que amenaza al orbe hoy es un reto, un reto para medir un poco lo que hay en nuestro interior y lo que solemos llegar a ser en situaciones convulsas, el tiempo pasará, nada volverá a ser como antes y la normalidad comenzará a ser otra muy diferente a lo que recordamos, solo quien haya cultivado su mente tendrá riqueza, conocimiento y visión para el nuevo mundo que se gesta en medio de esta crisis.
El saber inefable de un libro
El saber inefable que un libro te regala, así, sin más, es inmarcesible y ni siquiera un virus como este o algún otro del futuro te podrán quitar. Por eso invertir tu tiempo en la lectura es un arma contra la muerte.
Esa muerte definitiva no es lo que causa más dolor, morir una sola vez, de un tirón, es natural e irremediable para los mortales, solo quien vive goza de ese privilegio; ahora, cavar la tumba a cada instante, asomar el rostro y divisar lo que hay más allá de la presencia, sin comprender que cada mundo se hizo para sí, es la ignorancia de morir y seguir con vida.
En medio de este largo camino de la vida varias puertas están emplazadas ante nuestra mirada, sin embargo, no todas abren al mismo instante y en no todas entrar es tan fácil como presionar la cerradura; muchas necesitan llaves de sapiencia que exigen tiempo, también hay puertas que está en nosotros pasarlas o no, son electivas, aunque a veces no lo entendamos así, es ahí cuando nos paramos frente al portón del aburrimiento y toca elegir.
Pero, ¿existe el aburrimiento? ¿O es una condición justificable a la falta de vida en el interior o a la incomprensión con uno mismo y de uno para con el exterior? Corre al más recóndito espacio de tu ser y pretende dar respuestas a las inquietantes incógnitas que te hacen sentir “aburrido”, disfruta de la luz que tiene la soledad y a la vez la compañía de uno mismo, redescúbrete entre la cotidianidad y entonces vivirás estando vivo.
Un libro, la mejor compañía en el aislamiento
Un atractivo estilo para transcurrir esta necesaria situación lo es, sin dudas, el deleite que alberga un libro, desde la sutileza icónica de su portada hasta el último mutis de una palabra y la voz precisa de su puntuación, desde el olor imborrable de sus páginas hasta la contemporaneidad del espacio digital, decidirse a crear de cada letra un sitio al cual verás crecer en la medida que te adentres en el universo infinito de la literatura es silenciar la muerte viva en ti.
Por ahora, pisar los caminos antes habituales representa un riesgo para la salud, entonces mejor quédate en casa, acompaña tu soledad con un libro, te proponemos que des a través de las letras ese viaje que no puedes realizar físicamente, ese es de los tantos valores de la literatura; viajarás en el tiempo, navegarás en sentimientos, serás espectador y a la vez protagonistas de tantas historias, construirás en ti de lo ficticio la realidad más deseada, ampliarás tus horizontes del saber, vestirás una mayor sapiencia y comenzarás a ser el mejor de tus acompañantes.
“Aburrirse es besar la muerte”, como legara el escritor español Ramón Gómez de la Serna, en tanto no disfrutes del final si aún permaneces en el principio, besa la vida como cuando alimentas las almas y las mentes más que tu apetito, vivir es para hoy, y la literatura será un vital escultor de ese arte, deja, por esta vez, librar a la muerte de una anticipada llegada.
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