Por Marilin Guerrero Casas.
La lectura siempre ha sido una vía de escape a nuestros problemas, el sitio donde podemos refugiarnos y abstraernos de la realidad para darle espacio a la ensoñación y el pensamiento. Cuentan que Fiódor Dostoyevski, exiliado en Siberia, escribió a su familia: “Enviadme libros para que mi alma no muera”. Esta filosofía de vida del célebre escritor ruso demuestra una vez más que ante el caos y la desesperación, la lectura sigue siendo una fuente inagotable de conocimientos, una evasión a la acosadora soledad, una liberación del espíritu y del “Yo” que aflora en nuestro interior.
Lo cierto es que en estos tiempos de coronavirus, la lectura está cambiando la percepción de las personas ante el confinamiento, llegando a convertirse en la forma de ocio preferida entre muchos apasionados. En las últimas semanas, las librerías de muchos países han presenciado un fenómeno cultural espontáneo y sin precedentes: la compra excesiva de libros. La idea de estar encerrado en casa puede resultar aterradora. El tiempo libre del que ante no disponíamos se muestra ante nosotros como una oportunidad para hacer todo lo que nos gusta, por lo que los consumidores de literatura han encontrado el mejor pretexto para devorar los cientos de libros en su minibiblioteca. Las librerías virtuales también han sido influyentes en este nuevo movimiento literario universal. Las disímiles campañas #YomeQuedoenCasaLeyendo son constantes en las redes sociales y todas las plataformas de Social Media. Decenas de casas editoras se han sumado a la iniciativa de ofertar gratis muchos de sus e-books como una muestra de solidaridad y apoyo a la causa. Son diversas las colecciones de libros, desde infantiles hasta de cocina, educación, autoayuda, poesía, novelas, entre otros. La variedad de propuestas es amplia, para todos los gustos y todas las edades y todas comparten un mismo fin humanitario: evitar que las personas salgan de sus hogares y se propague el virus.
Las diversas formas de leer desde casa
En un inicio, cuando la revolución digital comenzó a tener auge y el mercado editorial se vio modificado por las nuevas tendencias, se creyó que el libro físico desaparecería por completo. Sin embargo, todavía existen muchas personas que se aferran a la lectura tradicional y prefieren palpar el libro con sus propias manos. En tanto otras, especialmente la llamada generación de los millennials, han adaptado sus hábitos de lectura a esta nueva era digital. Hoy en día, es muy común leer desde un tablet, e-reader, smartphone o laptop. La portabilidad de estos dispositivos electrónicos le ha permitido al usuario navegar con soltura, de acuerdo a sus preferencias, motivaciones y circunstancias que le rodean. En efecto, lo importante es que, de un modo u otro, las personas continúan eligiendo la lectura no solo como una forma de entretenimiento sino también de aprendizaje. En estos días de aislamiento, sigamos desarrollando el intelecto, cultivando enseñanzas, adquiriendo conocimientos, despertando nuestra creatividad, dándole alas a nuestra imaginación, viajando a lugares inimaginables, soñando, compartiendo, viviendo… y todo desde nuestro rincón favorito en casa.
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